Las Diez Palabras de la Didactica

Palabra número 1: la programación. Esta «estrategia» didáctica propone el modelo escolar de una escuela con proyecto y es enemiga implacable de una escuela casual. La programación se articula en educativa y didáctica. La programación educativa tiene la tarea de proyectar la organización de la escuela: los tiempos, los espacios, los materiales, la integración de los discapacitados, etc. La programación didáctica mira por determinar los objetivos cognitivos y relaciónales que se deben alcanzar en la vida escolar.

Palabra número 2: la continuidad. Esta «estrategia» didáctica se articula de forma longitudinal y transversal. La continuidad longitudinal, es decir, vertical, tiene la tarea de facilitar el paso del niño y de la niña de un grado a otro del sistema escolar: de la escuela infantil a la escuela primaria, de la escuela primaria a la secundaria. La continuidad transversal, es decir, horizontal, tiene la tarea de crear un sistema formativo integrado por la escuela y los agentes educativos extraescola- res: la familia, los entes locales, las asociaciones, el mundo laboral.

Palabra número 3: la clase. Esta «estrategia» didáctica tiene la tarea de promover múltiples ocasiones de aprendizaje individualizado: adaptado a las necesidades del alumno y a la infancia con discapacidad. En la clase se crean rincones didácticos y se promueven «ámbitos» disciplinarios, es decir, «saberes» longitudinales, para unidades didácticas.

Palabra número 4: la interclase. Esta «estrategia» didáctica se identifica con los espacios extra-clase: los centros de participación, los laboratorios, los talleres. En la interclase se promueven «inter-ambientes» disciplinarios, es decir, «saberes» transversales, para proyectos didácticos.

Palabra número 5: la individualización. Esta «estrategia» didáctica pone en el centro de su propio recorrido operativo el estilo cognitivo del alumno, es decir, los procedimientos de la enseñanza (individualizados) realizados a medida de los procesos de aprendizaje de cada alumno: de sus lenguajes, de sus modos de pensar, de sus tiempos de asimilación.

Palabra número 6: la disciplinaridad. Esta «estrategia» didáctica tiene como objetivo el acercamiento gradual y perfeccionado a la morfología cognitiva de cada materia escolar: a sus contenidos, sus lenguajes, sus puntos de vista interpretativos, sus metodologías de investigación, etc.

Palabra número 7: la interdisciplinaridad. Esta «estrategia» didáctica se propone promover en la escuela conocimientos transversales, saberes múltiples e interdisciplinares. Propone un nuevo acercamiento a la cultura, en el cual las disciplinas no estén separadas, sino que estén conectadas las unas a las otras a través de cuadros culturales poblados de contenidos, lenguajes, puntos de vista interpretativos, métodos de investigación procedentes de varias materias escolares.

Palabra número 8: la unidad didáctica. Esta «estrategia» didáctica tiene la función de proporcionar al alumno las modalidades operativas para adquirir la morfología cognitiva de la disciplina (su complejidad cultural) fuera de cualquier práctica verbal, nocionista y enciclopédica.

Palabra número 9: el proyecto didáctico. Esta «estrategia» didáctica tiene la función de proporcionar al alumno las modalidades operativas para aventurarse en el mundo de los conocimientos transversales. Lo que es posible practicando el método de la investigación, a partir de la investigación del ambiente natural y sociocultural.

Palabra número 10: la evaluación. Esta última «estrategia» del decálogo de la didáctica se impone como legítima y central en la escuela porque garantiza el control de la calidad de sus procesos formativos y de los niveles de maduración social y cultural alcanzados por los alumnos. La evaluación en la escuela debe encaminarse hacia tres momentos educativos: la evaluación inicial, que tiene una función diagnóstica; la evaluación for- mativa, que se realiza a lo largo del proceso; la evaluación sumativa, es decir, final.

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